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miércoles, 16 de junio de 2010

CRÓNICA DE NUESTRO VIAJE EN AGOSTO POR CERDEÑA

Diario de viaje escrito por Irene, Mª del Carmen, Alejandra y Olga, que han viajado con nosotros en el año 2009

El pasado mes de agosto (2009) viajamos a Cerdeña, con Zágara Travel, y durante doce días estuvimos recorriendo el Norte de la isla. Desde aquí, queremos agradecer a Gianni y a Boris su amabilidad y disposición para darnos todo tipo de información. Sin duda nos ayudaron a organizar un viaje inolvidable, en unos alojamientos increíbles.

Nos alojamos en tres puntos de la isla: Alghero (noroeste), Nuoro (noreste) y Arzachena (norte) que nos sirvieron de epicentro de nuestras excursiones.
Nuestras primeras cuatro noches las pasamos en Il Nidi de la Poiana, un bed and breakfast situado en las proximidades de Alghero en medio de un campo de olivos y desde donde se observan unas vistas increíbles de Capo Caccia. El atardecer desde allí es todo un espectáculo que todo aquel que se aloje allí no puede dejar de perderse.


En cuanto dejamos las maletas decidimos ir a Alghero a dar una vuelta por la ciudad. Sus calles estrechas en las que se entremezclan palacios con casas encaladas de blanco y su proximidad al mar, dotan a esta ciudad de un encanto especial al atardecer en el que se observa el bullicio vibrante de la ciudad en el que lugareños y turistas se reúnen para disfrutar de la “pasegiatta”. De allí nos quedamos especialmente con el recuerdo de un paseo por la zona del puerto y un recorrido por su muralla saboreando un delicioso helado de mirto.



El segundo día decidimos bajar hasta Bosa siguiendo una carretera panorámica con increíbles vistas de la costa que comunica ambas ciudades. Visitamos el castillo, situado en lo alto de la ciudad y con una interesante iglesia con frescos en su interior. Las calles de Bosa están llenas de un encanto que nos cautivó, con pequeñas plazas y rincones en las que se observan continuos toques marineros.





Desde allí nos dirigimos a pasar la tarde a Oristano en donde conocimos a Eleonora y la política renovadora que introdujo en la isla en el siglo XIV. Toda una mujer de carácter que revolucionó a la sociedad de su época y cuyas medidas legislativas estuvieron en vigor hasta varios siglos después.



Lo mejor de la tarde fue el atardecer en la playa de Is Arutas (Sinis), una playa salvaje alejada del bullicio urbano y cuyas carreteras terminan en la misma playa. Un espectáculo que no hay que perderse, ya que es un todo un placer para los sentidos ver como el sol se pone en el horizonte del mar de Cerdeña.



El siguiente día lo pasamos en Alghero, en donde decidimos visitar la Grotta de Neptuno. Dada las fechas que eran, el mes de agosto, y las altas temperaturas abandonamos la idea de tener que bajar los 625 escalones que dan acceso a la gruta y coger uno de los barcos que salían desde el puerto de Alghero y que recorren toda la costa. En algo más de media hora llegamos hasta la gruta después de un agradable paseo disfrutando de la brisa del mar y observando desde el mar algunos de los yacimientos arqueológicos que hay diseminados por la toda la costa. La gruta no nos pareció demasiado espectacular aparte de estar muy saturada de visitantes, pero el viaje en barco, nos resultó de lo más agradable.




Tras visitar la Grotta cogimos el coche para ir hasta Sassari una ciudad industrial en cuyas inmediaciones se encuentra, probablemente, una de las iglesias medievales de estilo pisano más impresionantes de toda la isla, Santa María de Saccargia. Lástima que los incendios provocados durante el verano hayan destruido gran parte del entorno natural que la rodea.



Desde allí nos dirigimos a Castelsardo, un pequeño pueblo situado en el extremo occidental del golfo de Asinara cuyas calles estrechas, adoquinadas y empinadas, a unas toledanas como nosotras, nos hicieron sentirnos como en casa.



Nuestro tercer día comenzó disfrutando de la piscina de la casa por la mañana y por la tarde nos acercamos hasta la playa de la Pelosa. Sus aguas transparentes de un azul turquesa increíble son indescriptibles y lo mejor de todo es que podías andar, andar… y el agua parecía que nunca te iba a cubrir. Sin duda, esta playa, como en muchas otras de Cerdeña, no tienen nada que envidiar a las playas del Caribe. Una recomendación, si vais en agosto, lo mejor es acercarse a partir de las cinco de la tarde, a partir de esa hora normalmente los italianos se marchan de la playa y como no hay mucho turista extranjero, la playa se queda medio vacía. Para nosotras ese fue el mejor momento para disfrutar de la playa. Por cierto, el parking es de pago y, sale como a 2 € la hora.


El cuarto día nos dirigimos hacia el Agroturismo Canales donde instalamos nuestro segundo campamento. Allí pasamos cuatro noches. La zona de Dorgali-Nuoro en un principio pensamos que iba a ser el punto de la isla que menos nos iba a atraer, pero sin duda nos equivocamos. La naturaleza, las playas, las tradiciones populares y la amabilidad de la gente nos cautivaron. En Agroturismo Canales nos faltaron días! Está situado en un entorno natural increíble con un lago, que como leímos, efectivamente, parecía no tener fin encajado entre montañas. Nanni, su dueño, nos ayudó a gestionar algunas de las excursiones que haríamos durante nuestra estancia.



Cenamos un par de noches en el agroturismo y… madonna! Qué cenas! por 15 € tomamos un antipasti, un primer plato de pasta con tomate y atún, un segundo plato (porcetto que estaba delicioso), dulces, vino, fruta, licor…

Desde el Agritorismo organizamos varias rutas. El día de nuestra llegada a Canales decidimos dedicar la tarde a pasear por alguno de los pueblos cercanos y poder estirar así las piernas después de haber pasado toda la mañana en coche, por lo que decidimos acercarnos hasta Oliena, un simpático pueblo que a pesar de encontrarse en una zona montañosa se encuentra a escasos kilómetros de la costa, lo que le dota de un aire especial y lleno de encanto.



El segundo día decidimos visitar Orgosolo y Nuoro. De ambas nos interesaba un mismo elemento, lo antropológico más que lo arquitectónico. Las dos ciudades se encuentran situadas en plena montaña, y los desniveles en ellas son bastantes considerables. Hasta Orgosolo fuimos movidas por los murales que desde los años sesenta del siglo pasado hasta la actualidad diferentes artistas sardos han ido pintando en las fachadas de sus casas. Se trata de murales reivindicativos, muchos de ellos de temática anarquista y en donde la guerra y su rechazo es su principal hilo conductor, de ahí que nos encontremos algunos murales alusivos a la opresión sufrida por el pueblo sardo, a la guerra civil española, o los conflictos de Irak y Palestina. Aunque también han encontrado hueco en las paredes de Orgosolo algunos murales de temática más popular.











La tarde la pasamos en Nuoro donde tuvimos la suerte de coincidir con la procesión que se organiza el domingo anterior a la celebración de la Sagra de Su Redentore. El 23 de agosto en Nuoro se reúne una multitud de cofradías y hermandades de todos los puntos de la isla (Alghero, Bono, Nuoro, Dorgali…), cada uno de ellos vestidos con sus trajes tradicionales. Os podemos asegurar que lo que allí pudimos observar fue una mezcla de colorido, artesanía y tradición popular. Asistimos a un alarde de preservación cultural en el que niños, jóvenes, adultos y mayores desfilaban por las calles de Nuoro con sus mejores galas mientras participaban y disfrutaban de la celebración con sus cantos y bailes populares.













El tercer día cambiamos la antropología por la naturaleza. Con la ayuda de Nanni contratamos un trekking por Gola Gorropu, el cañón más alto de Europa con más de 400m de altura y casi el más largo! Quedamos en la sede de la cooperativa Ghivine en donde nos recogió Angelo, nuestro guía, en su jeep para llevarnos a la puerta de la Gola. Sin duda alguna, fue una gran experiencia. Angelo nos habló de la formación de la Gorropu, de la vegetación, de la fauna…, y nos llevó por un camino que nos fascinó. La gola es todo un espectáculo que todo aquel que visite la zona debe conocer. Es impresionante cómo la naturaleza hace que en medio de aquella inmensidad uno se sienta pequeño, muy pequeño. Y para rematar una buena caminata Angelo nos ofreció un almuerzo consistente en queso, salssicia, una especie de torta de pan realizada con patata y vino cannanou, que nos sentó de maravilla y es que todo estaba riquísimo. Si volvemos a Cerdeña volveremos a Dorgali y visitaremos Tiscali, Cala Luna… con Ghivine por supuesto! Gracias Angelo!







El último día de nuestra estancia lo dedicamos a visitar el Golfo de Orosei, pero esta vez no lo hicimos andando, sino en barco que es mucho más relajado. En la marina de Orosei cogimos un barco que nos llevó por las diferentes calas del Golfo. Hay tres tipos de barcos, los de gran tamaño en el que entran varias centenas de personas pero que su gran envergadura les impide recalar en algunas de las pequeñas playas y calas (para nosotras nada recomendable), los de medio tamaño que paran en casi todas las playas y los pequeños en los que entran una docena de personas y que paran en todas y cada una de las calas, aunque si te gusta el mar, los barcos y navegar también puedes alquilarte tu propia barca para recorrer el Golfo de Orosei. Finalmente, escogimos un barco de mediano tamaño y sí, el mar es del color que sale en las fotografías de los especiales de viajes de Cerdeña!! Aunque menos conocidas que las de Costa Esmeralda, las playas del Golfo son espectaculares y no hay tantos turistas, aunque ya se sabe, unos llevan la fama… y otros cardan la lana…









Así llegamos a nuestro tercer y último alojamiento situado en Arzachena, en plena Costa Esmeralda. Nos hospedamos en el B&B Lu Pastruccialedu. Qué decir de Paolo y Caterina… encantadores! y los desayunos increíbles! Todo un surtido de tartas dulces y saladas que la propia Caterina se encarga de hacer cada día por la tarde sorprendiéndonos cada mañana.





Después de dejar las maletas en casa de Caterina nos fuimos a realizar la ruta de los Nuraghe y de las tumbas de gigantes de la zona de Arzachena. La guía de Laertes que llevábamos nos fue de gran utilidad en la comprensión y contextualización de la cultura nurárgica. Sin embargo, durante el verano, el municipio te ofrece una serie de visitas guiadas en italiano por los diferentes yacimientos arqueológicos que nos fueron de gran utilidad. Nosotros no hablábamos italiano pero si se pone interés y atención se acaba comprendiendo. Las guías llevaban materiales para apoyarse en su explicación que nos resultaron de gran utilidad.





Por la noche, después de cenar, decidimos acercarnos hasta Porto Cervo, pero fue imposible de aparcar y, después de dar dos vueltas desistimos en nuestro intento.

El segundo día en Costa Esmeralda lo dedicamos a recorrer las calles de Santa Teresa di Gallera donde visitamos la torre española y paseamos por sus calles de trazado rectangular.



Por la tarde fuimos hasta Capo Testa, donde la naturaleza a moldeado las rocas a su antojo creando un juego pétreo de lo más dinámico en el que delirio y ensoñación de artistas como Dali o Gaudí parecen que hayan pasado por allí jugando con ellas a su libre antojo.





Para nuestro último día en la isla decidimos coger un ferry desde Palau para visitar las islas de la Maddalena y Caprera, decir que en el ferry también llevamos el coche para podernos mover libremente por la isla.

Antes de iniciar el recorrido de la Maddalena decidimos ir hasta isla Caprera, isla de reducidas dimensiones y que en gran parte perteneció a Garibaldi. Allí está la que fue su última residencia y se encuentra la tumba del unificador italiano junto a algunos miembros de su familia. La casa de Garibaldi está situada en un maravilloso pinar y desde ella el mar se divisa por todas partes. En el archipiélago la presencia militar es una constante, desde los cuarteles de la comandancia militar hasta continuos enclaves militares del ejército inglés o americano, en donde también son perceptibles aun algunos bunkers de la II Guerra Mundial.
La isla de la Magdalena tiene una carretera que la circunvala, en total son unos 40 km que transcurren por zonas inhabitadas desde donde se observan playas espectaculares y en las que siempre se puede encontrar un chiringuito en donde comprar un bocadillo para la comida.



Han sido unos días maravillosos, donde todo salió genial… las carreteras no son buenas pero puedes disfrutar de unos paisajes increíbles… y si os perdéis… puede ser la ocasión perfecta para recorrer un paisaje espectacular, por el que os encontrareis animales típicos de la isla, como nos pasó a nosotras que nos tropezamos con un jabalí!

Las vacaciones son para disfrutarlas y vivirlas al máximo, y nosotras lo hemos hecho! Y esperamos volver de nuevo en otra ocasión!

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2 comentarios:

  1. GRACIAS POR VUESTRA CRONICA DE VIAJE. este año nos vamos la cuadrilla en septiembre hasta allí y he tomado buena nota de tus apuntes.
    un saludo Alicia

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