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martes, 20 de enero de 2009

Orgosolo, una pinacoteca al aire libre

Murales Orgosolo
Mural es una palabra española que procede del México de los años veinte, donde David Alfaro Sequeiros osó la pintura sobre un muro para transmitir los mensajes de la revolución. Una pintura política, una forma de propaganda.
La pintura mural sarda nace en 1968 en un pueblo de la periferia de Cagliari donde el escultor Pinuccio Sciola y el pintor Antonio Sini, junto con amigos y alumnos, comienzan a pintar sobre los muros. Un año después, Francesco del Casino, profesor de dibujo de Orgòsolo, crea una serie de manifiestos que retoman los cánones de la pintura mexicana para dar voz a los dramáticos problemas del país. Junto a las figuras se imponían a menudo los eslóganes, casi todo escritos en sardo.

Hoy en día en casi cada pueblo de Cerdeña no es raro encontrar murales sobre los muros de una casa, pero seguramente los que llaman más a la atención son los de Orgosolo.
Orgosolo es un pequeño pueblo de pastores y campesinos que surge en una cuenca a los pies del monte Lisorgoni (978m), en el interior de Cerdeña, en una zona llamada por los Romanos “Barbagia”, tierra de los bárbaros, que recientemente ha adquirido renombre por el original conjunto de murales pictóricos que animan sus calles y embellecen sus casas y edificios públicos.
En Orgosolo los muros hablan, denuncian la guerra, las injusticias y las discriminaciones sociales, protestan contra el abuso del sistema.
Los murales sardos aparecen por primera vez en Orgosolo en los años sesenta. Los temas de este peculiar género artístico son satíricos, políticos o sociales. Los estilos varían mucho, pero se caracterizan por su brillante colorido. Incluso en pleno campo, cualquiera puede tropezarse con caras, formas, manos y penetrantes miradas pintadas en rocas o paredes. La mayoría de las imágenes describen la vida severa de los pastores, la lucha por conservar sus tierras y las tradiciones sardas, e incluso las injusticias cometidas en otros lugares del mundo.
Algunos de ellos recuerdan los personajes de Guernica de Picasso y lo estilo cubista en general; otros las pinturas de Léger y otros más los códigos expresivos de los muralistas mexicanos.
Éstos constituyen una verdadera pinacoteca al aire libre, donde la pintura se conjuga con la arquitectura y el paisaje para crear algo único que es a la vez un pueblo y una instalación, un medio de expresión popular y un altavoz de denuncia social; y si algunos ejemplos transmiten ingenuidad y simplicidad en la ejecución, se debe a la mano inexperta de los muchachos de la escuela media, otros revelan el talento de varios artistas que se han instalado para dejar algo de su inspiración en Orgosolo.
Como otras muchas expresiones de la vida orgolesa, los murales de Orgosolo transmiten al observador una vasta gama de impresiones que quizás sea imposible encontrar en otro lugar: aquí se leen los malestares, las esperanzas, los deseos y anhelos de una comunidad que quizás ha vivido un sentido de exclusión y de no pertenencia a un mundo demasiadas veces contradictorio.
Bajo este signo, a finales de los años 60, aparecieron los murales. Desde el principio los motivos de los muralistas fueron los gobiernos corruptos y causantes de injusticias sociales.
El primer mural fue realizado en 1969, en los años de la contestación juvenil, por el grupo anarquista milanés Dioniso.
El número de paredes pintadas crece a partir de 1975, cuando un insigne sienés, Francesco del Casino, junto a sus alumnos, quiere conmemorar, redibujándolo sobre los muros de los edificios orgoleses, el trigésimo aniversario de la Liberación de Italia. Cerca del 90% de los murales de Orgosolo son obra de Del Casino: su estilo pictórico es singular e inconfundible.
En los años 80, al mitigarse la tensión política, Del Casino y otros plasman escenas de la vida cotidiana: hombres a caballo, mujeres con sus hijos, pastores esquilando ovejas y campesinos hoz en mano. Y desde 1994, un mural que representa los conflictos de la ex-Yugoslavia y la destrucción de Sarajevo: la historia local puede hacerse historia mundial.
Además del ya citado Francesco del Casino, hay que mencionar a otros pintores locales como Pasquale Buesca y Vicenzo Floris, entre muchos otros, que han realizado diversas obras, fácilmente reconocibles por sus diferentes estilos.
Hoy Orgosolo presenta a la atención y disfrute de sus propios ciudadanos y de los visitantes un patrimonio de más de 150 obras, casi todas de inmediata lectura y comprensión, que impactan por la vivacidad de los colores y, en algunos casos, por su propia calidad estilística, maravillosamente adaptada a la arquitectura de las viejas construcciones.
En Orgosolo, desde hace treinta años, los muros del ayuntamiento y la biblioteca, del ambulatorio y del bar, prestan sus soportes a la creatividad de los artistas que han reflejado y reflejan en los murales las imágenes y las voces no sólo de una comunidad, sino de una isla entera. Los murales constituyen un atractivo excepcional, y todavía han de decir mucho a quien los observe.

Murales Orgosolo
Murales Orgosolo
Murales Orgosolo
Murales Orgosolo
Murales Orgosolo
Murales Orgosolo
Murales Orgosolo
Murales Orgosolo
Murales Orgosolo
Murales Orgosolo
Murales Orgosolo

Fuente: Photo Aleph

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