¡Hola!
Os queremos comentar
nuestra experiencia del viaje a Cerdeña.
Descubrimos en la página
web de Cerdeña que figuraba una referencia de la agencia Zagara
Travel.com en Barcelona. En seguida nos pusimos en contacto con
ellos, Boris y Giovanni, y todo fue perfecto.
Somos una pareja de
Barcelona y disponíamos de 8 días. Descartamos inicialmente el
desplazamiento en barco con Grimaldi hasta Porto Torres. Parecía más
cómodo pues permitía ir con nuestro coche pero nos obligaba a
volver por el mismo punto, así que valoramos más práctico hacer el
desplazamiento en avión con Ryanar desde Girona. Ello nos permitía
entrar a Cerdeña por Alghero y salir por Cagliari. Teníamos que
alquilar coche, pero el precio total era similar a a la alternativa
de barco y ganábamos en tiempo.
Una vez definido el
origen y el destino nos propusieron una ruta de 8 noches en 3 casas
de agro-turismo en Sorso, Canales y Fighezia. Era la opción más
económica pero realmente quedamos encantados con los servicios
prestados.
El primer día, sábado 7
de julio llegamos a Alguero. Allí recogimos la “maquina” que nos
habían reservado y nos desplazamos al primer destino en Sorso, la BB
Piazza San Pantaleo. Es un alojamiento en pleno casco urbano de Sorso
y allí nos recibió gentilmente Giovanni. La casa es preciosa y la
hospitalidad de Giovanni excelente. Dejamos la maleta y esa misma
tarde fuimos a Castelsardo a visitar su castillo y tuvimos la
oportunidad de presenciar una exhibición de bailes típicos sardos.
Sin duda fue excelente para poder empezar a conocer la rica cultura
de la isla. Aprovechamos para comer algunas cosas típicas que
ofrecía el ayuntamiento a los visitantes con motivo del acto
festivo.
Al día siguiente,
domingo 8 , después del buen desayuno que nos ofreció Giovanni en
la terraza, planificamos una ruta alrededor de la costa de Alguero.
Giovanni nos aconsejó
que fuéramos por la mañana a Bosa para ver sus casas de colores.
Luego, en el viaje por la
costa hasta el Alghero tuvimos la primera visión de la maravillosa
costa oeste de la isla. Llegamos a Alghero para descansar y ver la
ciudad con cierta nostalgia pues todavía se conserva algo de la
lengua catalana. Tomamos nuestro primer helado, que son buenísimos.
Toda la gente estaba en las playas, así nos desplazamos hacia Capo
Caccia para bajar a la cueva de Nettuno. Se podía acceder con barco
pero preferimos bajar sus más de 600 escalones, pero vale la pena.
Antes de cenar
aprovechamos para tomar nuestro primer baño en una de las playas de
Capo Caccia. Con el calor que hacía fue de lo mas refrescante. Para
cenar, como Giovanni no ofrece cenas en su casa, nos recomendó un
restaurante de Sorso, La Giara. Cenamos muy bien, de entrante unos
mejillones y después un atún riquísimo. Allí nos invitaron al
primer digestivo típico de la isla, de mirto. Ya todas las noches no
dejamos de tomarlo.
El lunes 9 nos
desplazamos a Palau, y desde allí y en ferry nos fuimos a Isola
Magdalena. Una vez allí, como no teníamos mucho tiempo, Giovanni
nos recomendó pasar a Isola Caprera. Una isla preciosa conectada por
carretera con Magdalena. Tiene unas playas preciosas y como
llevábamos algunas cosas para pasar el día, lo dedicamos a bañarnos
en mas de una playa.
Volvimos a Sorso y para
cenar fuimos, también por indicación d Giovanni, a la Pizzeria Chez
Nous. No es tan acogedora como La Giara pero comimos un risotto de
pescadores muy bueno.
El martes 10 nos
despedimos de Giovanni y nos dirigimos a nuestro próximo
alojamiento, en Canales, cerca de Dorgoli. Esta era una casa rural
enclavada en un valle y con vista a un río. Precioso el lugar. El
día anterior enviamos un SMS para confirmar nuestra llegada y
encargar la cena, pues en Barcelona nos recomendaron que lo
hiciéramos así para no tener problemas de reserva. Era mediodía,
dejamos la maleta y nos fuimos a Dorgali. Allí nos informamos sobre
posibles excursiones por la zona para los dos días siguientes.
Teníamos ya la idea de ir a la garganta de Gorropu y navegar por el
golfo de Orosei. Por la tarde fuimos a Orgosolo. Es un pueblo típico
del interior de la isla, con murales muy pintorescos en sus casas.
Sus mujeres van ataviadas con vestidos negros. Es una visión de la
Cerdeña profunda.
Por la noche Nanni y Lina
nos tenían preparada una excelente cena con sus productos de la
casa, un antipasti, el plato obligado de pasta y el cerdo al horno.
Todo exquisito.
Al día siguiente,
miércoles 11, después del desayuno en Canales, bajamos a Cala
Gonone para reservar la excursión en barco por el golfo de Orosei.
Lo reservamos para el día
siguiente pues para el mismo lo tenían todo reservado. Así que nos
dirigimos a hacer la excursión de la garganta de Gorropu. La
aproximación es de 2 horas y hacía una calor extremada pero la
llegada al cañón y la entrada es espectacular. Tienen una fuente
debajo de una higuera que es una bendición. Hicimos un primer tramo
de 30 minutos para apreciar la grandiosidad del lugar. Hay que pagar
5 euros por entrar, esto ya se indica en el inicio de la excursión y
sinceramente, creemos que es un precio abusivo después de la
caminata.
Por la noche recuperamos
fuerzas con la cena exquisita en Canales.
Al día siguiente, jueves
12, según lo acordado estábamos a las 9:00h. en Cala Gonone para
embarcar en una barquita. Eramos 12 personas. Todos italianos menos
nosotros pero desde el primer momento, Franco nuestro capitán, nos
hizo estar como en casa. La navegación por el golfo de Orosei es
espectacular. Ve la costa escarpada desde el mar es una gozada.
Tirar ancla y bañarse en las aguas cristalinas es espectacular.
Pasamos por Cala Luna, cala Mariolu. Bajamos a las playas a comer y
beber alguna cosa. Fue una experiencia inolvidable y no puede uno
marcharse sin haberlo hecho. Era la ultima noche en Canales y
disfrutamos como nunca de la cena y del anochecer en la casa.
El viernes 13 nos
desplazamos hacia el sur, a nuestro último alojamiento en Fighezia.
Pasamos por Nuoro y visitamos el mercado y sus calles. Tocamos
nuevamente la costa oeste de la isla y nos detuvimos en un pequeño
pueblo de pescadores en la zona de Torralba. Hacía también mucha
calor, pero en la terracita de un bar con la Ichnusa, la cerveza
típica de la isla, uno se recupera rápidamente. Llegamos a la
tarde al agro-turismo de Fighezia. La entrada esta un poco complicada
pues es una desviación de tierra y lógicamente nos equivocamos,
pero al final llegamos y allí estaba Francesco para recibirnos en su
casa. Nos dijo que la cena era a las 20:00h. y que aprovecháramos
para darnos un bañito en la playa de Portixeddu, que estaba a 5
minutos en coche. En esta casa, es costumbre reunirse todos antes de
cenar para tomar un aperitivo. Estaba excelente, era pescado fresco
frito y pan típico con unas salsas de la zona. Esto facilita el
contacto con las personas y es muy agradable poder hablar con
italianos, belgas, holandeses sobre como habían pasado el día y los
proyectos para el día siguiente. Después, en la cena propiamente,
todos juntos en la misma mesa nos deleitó Massimo, el cocinero, con
un plato de pasta con mejillones y de segundo un pez espada
excelente. Al final pasamos al jardín y allí continuamos la
tertulia tomando el digestivo de “mirto”. Una forma inmejorable
de acabar el día.
El sábado 14 por
indicación de Francesco hicimos una ruta por la zona. Paramos en
Iglesias, un pueblo de regusto español donde se celebran procesiones
como las de semana santa. Visitamos sus calles y el mercado que
estaba muy animado. Más tarde fuimos en dirección a la costa para
ver el “Pan di Zucchero” un peñón de los 7 que se dibujan sobre
la costa. Bajamos a Masua a darnos un baño con vistas al “Pan di
Zucchero”.
Continuamos ruta por la
costa hasta Cala Doméstica. Esta es una playa en un entorno natural
encantador.
Aprovechamos el día
hasta el final y al llegar a Fighezia nos esperaba otra buena cena y
inolvidable velada con Francesco y Massimo.
Al día siguiente se
acababa nuestra estancia en Cerdeña y teníamos el tiempo justo para
devolver la “maquina” y tomar nuestro vuelo de vuelta, en
Cagliari y dirección hacia Girona.
Unos días inolvidables
en Cerdeña.
Era nuestra primera
experiencia en agro-turismo y ha estado todo un descubrimiento.
Nos quedamos con ganas
para repetir experiencias en otras islas. ¿ Quizá Sicilia, Creta ?
...
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